Rosa GA

La conciencia sana recorre todo Copenhague y las posibilidades de comer sano se extienden de los pequeños comercios y mercados, a los restaurantes y locales de ocio

En la cultura gastronómica los daneses están ganando cada vez más relevancia gracias a su festival Copenhagen cooking que se está celebrando estos días —hasta el 31 de agosto— y por el imparable ascenso de la comida sana respaldada por el símbolo Ø que indica que el producto ha sido inspeccionado y cumple con las regulaciones estrictas que exigen las autoridades danesas competentes.
 

Comida sana en Copenhague | Stylefeelfree

Emmerys | Comida sana | Foto: © Roux Feelfree para StyleFeelFree

 
El que haya visitado Copenhague en los últimos años se sorprenderá de la conciencia verde, sana y sostenible que triunfa en pequeños comercios pero también en supermercados, en restaurantes, hoteles y en locales de ocio. Y no sólo para élites —aunque el nivel económico danés y el valor de su moneda sea muy elevado para la clases medias de la zonas euro y dólar—. De hecho, parece como si en el resto del mundo nos hayan institucionalizado de tal forma con lo industrial, que todo lo bueno, lo que es realmente bueno en términos de salubridad —los productos que no llevan añadidos ni toxinas industriales perjudiciales para nuestra salud— parece servir sólo a élites. No debería ser así si los estados y sus políticas interfirieran positivamente en los mercados para vetar lo malo y favorecer lo bueno. Pero la realidad es que estamos muy lejos de la conciencia verde danesa. Desde cervezas biológicas a exquisitos panes artesanos a pie de calle, la gastronomía nórdica se sustenta en ofrecer recursos naturales, sostenibles, ecológicos y locales de su despensa nórdica.
 

Mercado de Torvehallerne | Copenhague | Stylefeelfree

Mercado de Torvehallerne | Comida sana | Fotos: © R.Xo para StyleFeelFree

 
A partir del 2010 en que el Noma, —capitaneado por el chez Rene Redzepi, que anteriormente había trabajado en los fogones del Bulli en España—, fuese elegido por primera vez como Mejor Restaurante del Mundo por la revista inglesa Restaurant, la cocina danesa ganó rápidamente prestigio internacional, ello conllevó a una revolución gastronómica que ya llevaba algunos años atrás en uso de la mano del chef René Redzepi que igual que hiciera Lars von Trier en el cine, formuló lo que se conoció como Nueva Cocina Manifiesto. Otros cocineros como Rasmus Kofoed que llevó la medalla de oro en el Bocuse d’Or en 2011, también han apostado por una cocina orgánica. Entre todos la revolución ha hecho mella y las cocinas internacionales están fijándose en Dinamarca como ejemplo a seguir. El ejemplo pasa por fusionar lo moderno con lo tradicional y apostar por ingredientes frescos de la zona, saludables, orgánicos y que favorezcan una economía local y sostenible. La búsqueda de las materias primas en la naturaleza pasa también por rastrear los parques para recuperar lo que tienen de comestible, una verdadera transformación que atiende a las demandas de subsanar nuestro «cuerpo tóxico».

El festival Copenhagen Cooking que se celebra a finales de agosto desde 2005 y con dos ediciones —verano e invierno— desde 2011, va por su décima edición consecutiva y está resultando ser año tras año, gracias a esta corriente verde que inunda Copenhague, un foco gastronómico cada vez más relevante. Hay eventos en todas las categorías de precios y ofrece además acontecimientos únicos como el que brindan Lisbeth y Bo Jacobsen, dos de los cocineros más influyentes de la Dinamarca gourmet y que dirigen el restaurante Restaurationen, que abrirán las puertas de su propia casa. Otros acontecimientos tendrán lugar en el aeropuerto, el Museo Nacional, el Palacio de Christiansborg y en espacios abiertos como parques y plazas. En definitiva, una oportunidad de disfrutar la cocina danesa y tomar también conciencia de la necesidad de que mejorar el mundo empieza mejorando nuestra alimentación.