Rosa GA

Lo rural empieza a imponerse como tendencia de ocio cultural, con la creación de festivales de cine y de música que buscan espacios abiertos en contacto con la naturaleza

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Foto: © Roux Feelfree Entorno de la costa del Cabo Peñas | StyleFeelFree

Festivales alternativos de música, cine e incluso aprendizaje en entornos rurales son nuevos conceptos que comienzan a tener tirón sobre un público que busca alternativas de ocio y estímulos educativos diferentes relacionados con la cultura. Tal es el caso de la primera edición del Festival Internacional Cine Carlos Velo (Celanova_Orense este fin de semana), What Is Music en la localidad burgalesa de Frías, del 25 de Julio al 3 de Agosto y el Festival Era de música alternativa y electrónica en su segunda edición (Llagostera_Gerona, 29 y 30 de Agosto). Y no es algo que resulte chocante.

Los espacios abiertos y próximos, en contacto con un entorno más amable y atrayente, son sin duda una opción más interesante que las alternativas urbanas, muchas veces masivas y con un enfoque más capitalizado. Si además sumamos que el producto ofrecido se sale de los circuitos comerciales y trata de estimular otras tendencias de creación más minoritarias, el plan parece redondo. Así entre los objetivos del festival de Cine Carlos Velo se resalta un interés por «la conservación y protección de las culturas y las señas de identidad de los pueblos rurales». También What Is Music reivindica «una ruralización de la cultura apostando por un entorno rural como lugar más apropiado para desarrollar actividades educativas». La intención de este festival está encaminado a «generar un aprendizaje colectivo e intercultural donde el nivel individual no sea una barrera». La singularidad de esta propuesta es que combina lo lúdico con el aprendizaje ofreciendo conciertos y jam sessions participativas además de cursos de formación y talleres. Centrado más en lo lúdico está el festival de música Era que quiere «ofrecer un producto diferente basado en la proximidad a través del cual tratar de impulsar tanto a bandas consolidadas como bandas emergentes que quieren hacerse un lugar en este difícil mundo de la música». Tres propuestas que son el resultado de que algo está cambiando en la forma de entender la cultura. El mundo rural, aún por descubrir, resulta un entorno idílico para disfrutar de él. Sólo esperamos que ello contribuya a protegerlo y cuidarlo.