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En la crónica del día 6 lo mejor del cine español se da la mano con la trepidante alegoría corporal de Coralie Fargeat en ‘The Substance’
Coinciden en Cannes 2024 y son dos de los nombres más interesantes de la escena del cine español actual. Son Elena López Riera que presenta Las novias del sur en la Semana de la Crítica y Jonás Trueba que se estrena en la Quincena de Cineastas con Volveréis. Con respecto a López Riera su película es un mediometraje en el que se da voz a mujeres que han pasado por el ritual del matrimonio y pertenecen a generaciones que han vivido las consecuencias de la dictadura española. La directora de El agua lo hace desde una voz íntima, la suya, para cuestionarse sus decisiones personales con respecto al hecho de no casarse y no tener hijos. De esta forma, parece mantener un diálogo intergeneracional entre mujeres. Las unas, prácticamente arrojadas al matrimonio por las circunstancias sociales. Las otras, muchas veces ajenas a unos rituales que observaron por sus madres y abuelas con cierta distancia y considerándolos desde sus propias circunstancias personales contagiadas, también, por las sociales. Interesantísimo trabajo en la elección de las mujeres que dejan testimonio de sus experiencias, poniendo de relieve una voz silenciada que ahora suena y resuena dando lugar a diálogos internos y debates necesarios para interrogar las relaciones, la experiencia amorosa y sexual.
Con respecto a Volveréis, de Jonás Trueba, esta es, sin duda, la película que condensa una carrera que es como un río, ahora, entrando en el Océano. El cine le ha servido al realizador de La Virgen de agosto como ensayo vital que cuestiona el medio y sus propias vivencias. Diario personal, casa, lugar de emancipación y observancia, está claro que la exploración le sirve para meditar en su trayectoria personal siempre vinculada al cine por tradición familiar. Por eso, tampoco puede entenderse este proyecto si no es como algo enciclopédico que engloba las cintas precedentes. Absoluta obra de maduración que perfila los estados de ánimo a través de las cosas como ente simbólico que descubren una conexión entre el dentro y el fuera. Narrativa concordante que fusiona y fluye al compás de lo que sigue y lo que viene. Volveréis es además anticipatoria. Siempre volviendo y recuperando, inevitablemente, cuando sabemos que el presente es una sucesión de pasados que escriben un futuro.
Cerrando esta crónica de Cannes 2024, The Substance, de Coralie Fargeat, fue una de las películas más cañeras de Competition junto a Wild Diamond de Agathe Riedinger y Emilia Pérez de Jacques Audiard. En las tres hay un sentido de contemporaneidad y festividad tanto en los modos como en la argumentación que se agradece. Sin embargo, en lo último de Fargeat es difícil no pensar en el hecho de si tanta aparatosidad y confrontación entre lo bello y lo monstruoso no puede llevar a un lugar que el feminismo busca abolir. Quizás —según se mire, obviamente— el fantasma que alimenta este filme es el mismo al que intenta derribar. Tras una imagen hiperbolizada que evidencia el cuerpo desnaturalizado de Margaret Qualley puede que también se complazca, sin quererlo, a una audiencia que solo quiere carne, y vísceras, y confrontación. Y qué peligro tiene esa representación de Demi Moore como una bruja anciana que quiere hacer desaparecer a su oponente en una escena en la que se dan cita todos los estereotipos. Lo sé, es solo un juego que busca, precisamente, hacer sátira y crítica de todas las exigencias que se vierten sobre la mujer. Lo sé, y aún así, sigue resultándome arriesgado y complaciente. A pesar de ello, la puesta en escena es tan absolutamente genial que es imposible no caer rendida ante tanto artificio gore.