Rosana G. Alonso
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Con más de 200 películas seleccionadas el IFFR 2022 clausura una edición en la que ‘EAMI’, de la paraguaya Paz Encina, se alzó con el Tigre de Róterdam

EAMI | 51 edición del IFFR 2022 | StyleFeelFree
Imagen de la película EAMI | IFFR 2022 | StyleFeelFree

En una edición que esperaba volver a la normalidad tras la inevitable alteración que causó el COVID el año pasado a muchos festivales, este año el IFFR ha vuelto a replegarse. No obstante, desde su plataforma on line la prensa y la industria ha tenido ocasión de ver una amplia selección de títulos. Repartidos en distintas secciones, más de 200 películas han protagonizado la muestra 51. De estas, destacó EAMI que se llevó el premio de la Competición Tigre, la sección principal consagrada a cineastas emergentes. La película de la paraguaya Paz Encina, como un claroscuro en el bosque, iluminó con precisión el camino del nuevo audiovisual. Entre lo documental y lo ficcional es un filme que transita distintos mundos para encaminar el cine de denuncia.

Sobre EAMI, el jurado compuesto por Zsuzsi Bankuti, Gust Van den Berghe, Tatiana Leite, Thekla Reuten y Farid Tabarki alabó por unanimidad su portentosidad. Al respecto declararon que “nos conmovió unánimemente la poderosa película creada por la directora y su equipo”. Una cinta que según sus palabras “logra, construyendo una narrativa fuerte, no solo sustentarse visual, política y poéticamente, sino poner luces sobre las masacres mundiales de los pueblos indígenas, a través del grito de los ayoreo-totobiegosode paraguayos”. Asimismo, concluyeron que EAMI “nos dio la oportunidad de soñar, y al mismo tiempo, de despertar”. Declaraciones a las que me sumo. A mi juicio, es un ejercicio de voluntad poética que denuncia sin necesidad de recurrir a un realismo que es preciso contextualizar desde lo subjetivo. La mera imagen avanzando y definiéndose para tejer una red de abstracción que recupera la memoria tratando de curar y concienciar.

Además de EAMI el jurado premió con sendos premios especiales a Excess Will Save Us de Morgane Dziurla-Petit y To Love Again de Gao Linyang. En cuanto a Excess Will Save se trata de una película de impronta realista que sigue a distintas personas que protagonizaron un corto previo de la cineasta. El filme también tiene varias capas y entrelaza sucesos extraños con otros que ponen de relieve cómo se transforma la realidad según los intereses. Por su parte, la película china To Love Again retrata una China contemporánea que sigue anclada en el pasado. Su foco de atención es una pareja de personas mayores en segundas nupcias. Aunque no tuve ocasión de verla porque no me concedieron el visionado era, a primera vista, una de las más prometedoras en una edición que destacó por su eclecticidad.