Rosana G. Alonso
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De la palabra al silencio, y entre medias, la lucha de clases, la cuarta jornada de la sección oficial del 69 SSIFF 2021 descubrió las distintas posibilidades de lo audiovisual

Vous ne désirez que moi | Día 4 del 69 SSIFF | StyleFeelFree
Imagen de la película Vous ne désirez que moi de Claire Simon | Día 4 del 69 SSIFF 2021 | StyleFeelFree

No se puede concebir el cine contemporáneo sin el cambio de roles femenino. Prácticamente todas las películas que estamos descubriendo en la edición 69 del SSIFF 2021 admiten una deuda pendiente con una feminidad que habita en la mirada. También hay que reconocer que esto es debido a la mayor presencia de mujeres en la industria, que están volando la idea preconcebida de los roles de género, mostrándonos no solo personajes más reales, sino puntos de vida que giran en torno a lo femenino. La maternidad, por ejemplo, es algo que difícilmente un director podría descubrir desde el fuero interno. Lo hace Claudia Llosa en su última película que presenta en el Festival de Cine de San Sebastián. Distancia de rescate es una cinta que muestra la naturaleza interconectada del amor y el miedo ante la maternidad. Y para ello recurre a una voz en off susurrante, envuelta en metáforas, y muy bien aprovechada.

No obstante, Distancia de rescate, en su exuberante mezcla de géneros, no acaba de alcanzar una consensuada línea discursiva que llega a ser redundante. Por otra parte, se abusa de ideas recurrentes en el terror, sin ser propiamente una película de terror. Sin ir más lejos, hay ecos de Cementerio de animales de Kevin Kolsch y Dennis Widmyer, o Bosque maldito de Lee Cronin. Referencias que se alejan de este filme, en su modo hipnótico de abordar la imagen y el texto, que tiene ecos de Naomi Kawase, en su perturbadora manera de entrar en lo desconocido.

Igualmente, abordando una entonación que se sustenta en la lírica de Marguerite Duras, la película Vous ne désirez que moi, de Claire Simon, resultó ser una iniciativa muy interesante. Por su modo de edificarla en torno a la palabra y la confidencia. La realizadora francesa rescata las entrevistas de Yann Andréa, amante de Duras, en una película que está a medio camino entre lo documental y lo ficcional, perdiendo cierto ímpetu, precisamente, en la intervenciones filmadas que frustran un ejercicio brillante. Majestuosa en el uso de la sintaxis que enuncia la voz de Swann Arlaud, es arrebatadora en lo confidencial. No tanto por lo que se dice, sino por lo que esto desencadena. Excepcional por cómo la vida misma se cuela en el cine descubriéndonos el deseo femenino envuelto en violencia y dominación. Ello configura una contraargumentación que devora la idea preconcebida de la mujer en el cine, revelando la cara oculta de una de las mejores escritoras del siglo XX.

Y como contrapunto a estas visiones femeninas del cine, la película que presentó Fernando León de Aranoa, El buen patrón, no puede evitar mirar sin ninguna perspectiva de género. Aunque Aranoa es uno de los mejores cineastas españoles de la última década del siglo XX y principios del XXI y su dirección es soberbia, ahora su enfoque empieza a quedar un poco obsoleto. A pesar de ello, y si bien los personajes femeninos están diseccionados, aquí, desde la mirada masculina, hay que reconocer su buena mano en esta comedia con tintes sociales. Por otra parte, Javier Bardem tiene un papel estelar que le viene como anillo al dedo.