Zhang Yimou: el uso narrativo de la imagen eufónica 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Con Zhang Yimou, uno de los cineastas chinos más admirables por su capacidad de envolver la narrativa de una singular poética emocional, damos la bienvenida al Nuevo Año Chino regido este 2016 por el mono de fuego

Con una veintena de películas, la última, La gran muralla  (The great Wall), todavía en post-producción, Zhang Yimou (China, 1951)  es uno de los cineastas de la República Popular China con más prestigio internacional, a pesar de que su aventura en el cine empezó tarde. Esto fue debido a que la Revolución Cultural le alcanzó muy joven — con 15 años — y hasta los 28 años no pudo ingresar en la Academia de Cine de Pekín, después de trabajar durante una década como operario textil. Por ello, acercarse a su filmografía es acercarse a la historia de China, siempre desde una perspectiva femenina que huye de lo establecido.

Como la biografía de Zhang Yimou le ha permitido ser testigo en primera persona de la historia reciente de China desde la cercanía, su mirada cinematográfica sin dejar de ser estéticamente preciosista y de una conmovedora emocionalidad, resulta certera y contundente en lo historiográfico, como lo evidencia Sorgo Rojo (1987, su primera película), un relato arrebatadoramente extraordinario e histórico que contempla la invasión japonesa durante la II Guerra Mundial o ¡Vivir! (1994). Ambas fueron premiadas respectivamente con el Oso de Oro en el Festival de Berlín (Sorgo Rojo)  y con el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes (¡Vivir!).

Haciendo balance de la filmografía completa de Zhang Yimou, podríamos considerar que en una primera etapa, hasta 1995, sigue unos preceptos marcados en parte por la imponente presencia de la actriz Gong Li, con la que realizaría algunas de sus películas más logradas en las que destaca la fuerte presencia femenina como narradora de una historia en la que por un lado, se siente atrapada, y por otro, busca la forma de liberarse. De este período, el amor trágico (Semilla de crisantemo, 1990; La joya de Shangai, 1995) deja paso al retrato de la mujer china (La linterna roja, 1991; Quiu Ju, una mujer china, 1992).

A partir de aquí, sus sucesivas películas dan un giro inesperado hacia la contemporaneidad en China desde una enfoque más ligero que contempla también el humor y hace hincapié en el valor de la amistad (Keep Cool, 1997; Happy Times, 2000). También por esta época experimenta con el amor romántico (El camino a casa, 1999), tema sobre el que vuelve en Amor bajo el espino blanco (2010). Justo a finales de los noventa, cuando Zhang Yimou comienza a trabajar con Zhang Ziyi, descubre en ella una nueva musa con la que emprenderá, ya en el siglo XXI, su etapa con las artes marciales (Héroe, 2002; La casa de las dagas voladoras, 2004) como género desde el que profundizar en la estética de lo sublime ilusorio. En adelante, retoma su relación con Gong Li en La maldición de la flor dorada (2006), una cinta de época en la que continúa su trayectoria en las artes marciales, mostrando nuevamente de lo que es capaz en la creación de una imaginería visual prodigiosa que supera todas las expectativas en esta obra, que en cambio, se rinde a un guion que también sucumbe a lo fastuoso.

Su última etapa sigue caracterizada por el peso de la intensidad emocional marcada, como es costumbre en el realizador chino, por el sentido del sacrificio y del honor así como acompañada por una fotografía de la que hace uso para destacar la belleza de las emociones. De estas películas más recientes cabe destacar Las flores de la guerra (2011) con Christian Bale, adaptación de la novela Las 13 mujeres de Nankín de Yan Geling, con la que vuelve a profundizar en las heridas abiertas por la segunda guerra chino-japonesa, un filme progidioso en la primera parte, que va cediendo hacia una emotividad resaltada para hacer hincapié en las heridas de guerra y nuevamente, en la heroicidad de las emociones.