Rosana G. Alonso
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Un relato trepidante nutrido por las circunstancias sociales más acuciantes. Así es ‘Victoria’ de Sebastian Schipper. Con nocturnidad e improvisación, cuando te lo niegan todo, lo exiges todo. Es aquí y ahora

Película, Victoria | StyleFeelFree
Fotograma de Victoria | StyleFeelFree

Una historia fílmica se puede rodar de muchas formas. La diferencia que marca el hacerlo de una u otra, es también la que pauta la credibilidad, el ritmo, la forma. Victoria, dirigida por Sebastian Schipper, se grabó en una sola toma. Entre las 4:30 y las 6:54 de la mañana. En poco más de 2 horas. El mismo tiempo en que tiene lugar la acción. Cuenta Schipper que «el sol había salido lentamente mientras filmábamos y Laia Costa [la actriz principal] finalmente se alejaba de nuestro director de fotografía Sturla Brandth Grøvlen, que parecía que había corrido una maratón. De hecho la había corrido. Todos lo habíamos hecho». La sensación de este trepidante relato se vuelve cercana, real. El espectador acaba por sentirse implicado en esta película que tiene como escenario Kreuzberg, en Berlín, el barrio más joven de la capital alemana. A pesar de lo estrambótico [hasta cierto punto] de la acción, como espectador sabes que cabe la posibilidad de que pudiese ocurrir en esa irreflexión compartida de los encuentros fortuitos que sólo pueden cuajar en la noche cuando eres joven. Esa frescura se comparte en las tomas, en la nocturnidad, en la música, en la fotografía. La resaca, cuando empieza a amanecer después de seguir a los protagonistas en un viaje entre el infierno y el paraíso, también. Claro que para entenderlo, para que la historia te llegue, hay que ser joven o haberlo sido alguna vez. Haber compartido en algún momento esas experiencias únicas que Schipper resume en «Te ayudo. Me gustas. ¿Quién eres? ¿De dónde eres?». A partir de aquí cualquier cosa puede ocurrir. Un viaje que comienza cuando la confianza implica, implica hasta el final, hasta las últimas consecuencias. También porque hay muchos aspectos que sustentan verídicamente la trama: el nihilismo conduciendo a una juventud desesperanzada en la sociedad actual; la complicidad y el entusiasmo como seña de identidad en los jóvenes de hoy, que parecen seguir la estela de aquellos que lo fueron en los noventa; el mundo global como escenario para las relaciones; la soledad y por ello mismo, la imperiosa necesidad de compartir, de pertenecer, de ganar alguna vez, algo que sea táctil, posible, que te haga sentir vivo. Así parece sentirse Victoria, con una fuerza enorme a pesar de una vulnerabilidad que la vuelve cercana, accesible al que mira y participa de la historia. Victoria, una madrileña que acaba de llegar a Berlín después de una vida dedicada a un sueño que la abandona, se deja llevar por un grupo de desconocidos con los que empatiza rápidamente [la noche es un escenario perfecto para ello] y que acaban implicándola en un vertiginoso viaje que no parece tener escapatoria posible. Pura adrenalina. Cuando la razón ha traspasado la frontera que la contiene, sólo la aventura, explicada en la situación actual envuelta en las coyunturas sociales y económicas que nos afectan, participa ya de una vida que no parece propia, sino moldeada por las circunstancias.
 

Tráiler de Victoria | StyleFeelFree Youtube

FICHA TÉCNICA
Título original: Victoria
Dirección: Sebastian Schipper
Guión: Olivia Neergaard-Holm, Sebastian Schipper
Reparto: Laia Costa, Frederick Lau, Franz Rogowski, Max Mauff, Burak Yigit, Nadja Laura Mijtha
Fecha de estreno España: 23 de Octubre de 2015
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