Pedro Navarro
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Desde la ternura de un romance tardío entre dos hombres de avanzada edad, la cinta ‘Suk Suk’, del hongkonés Ray Yeung, recoge la problemática de ser gay en China

Suk Suk | StyleFeelFree
Imagen de la película Suk Suk | StyleFeelFree

Tras décadas de lucha activa por el reconocimiento y la visibilización, en la actualidad el mensaje imperante dentro del colectivo LGTBIQ es uno de orgullo. Al menos eso parece en las sociedades occidentales y capitalistas. Sin embargo, la realidad no es la misma para todas las comunidades queer, tal y como muestra la película Suk Suk del hongkonés Ray Yeung. Bajo un título que se traduce como tíos, un término cantonés empleado para referirse a los hombres mayores, el director articula un romance homosexual. Los protagonistas, dos hombres cercanos a los 70 años que han escondido siempre su sexualidad. Un guión que se basa en las historias de vida recogidas por el sociólogo Travis Kong en su libro Oral Histories of Older Gay Men in Hong Kong.

En Suk Suk, Ray Yeung presenta un relato cálido, pero sincero y doloroso de un amor que es difícil e improbable. El director es capaz de capturar en los encuentros entre sus protagonistas esa felicidad que viene acompañada por la tristeza de saberse transitoria. Ellos mismos deberán decidir si prefieren vivir en la mentira o abrazar la posibilidad que les abre el romance, la de una nueva vejez dorada. Por otro lado, la cinta también funciona como retrato de las relaciones familiares, siendo un potente testimonio de cómo la sociedad contemporánea interactúa con sus mayores. En este sentido, se nos presenta a una tercera edad muchas veces maltratada y olvidada. Por ejemplo, Hoi, uno de los protagonistas, resulta ser una molestia para la familia de su hijo. Sin embargo, éstos desde su paternalismo presumen de bonhomía.

Desde su concepción, Suk Suk es una película atípica y es precisamente ahí donde radica su valor. Si bien es cierto que los relatos LGTBIQ han ido ganando espacio en las industrias culturales, el colectivo aún tiene asignaturas pendiente con algunas de sus comunidades. No obstante, es una deuda que parece empezar a saldarse. El domingo pasado la Mostra Fire! de Barcelona premiaba como mejor largometraje a un romance sáfico. Mientras, el galardón del público a mejor película recaía en la cinta de Ray Yeung. Por otro lado, aunque también es cada vez más frecuente encontrarse con historias con protagonistas de avanzada edad, éstas siguen siendo poco comunes. Y es así tanto en el mundo queer como en su contraparte heterosexual. Desde luego, la reivindicación de que los cuerpos mayores siguen siendo deseantes y deseables es aún necesaria.
 

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