Rosana G. Alonso
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Con la mentira como fondo del relato ‘The Farewell’, de la chinoamericana Lulu Wang, va a la búsqueda de una verdad personal e intransferible

The Farewell | StyleFeelFree
Fotograma de The Farewell | StyleFeelFree

Como el personaje de Billi en la película The Farewell, su realizadora está dividida entre dos culturas: la estadounidense y la china. Lulu Wang nació en el gigante asiático pero pronto se fue a vivir a EEUU con sus padres, donde creció y se desarrolló, sin perder el vínculo con sus orígenes chinos. La historia que aquí cuenta está basada, como avisa al espectador al inicio de la película, en una mentira. En China es tradición que la persona que padece un cáncer en un estadio muy avanzado, sea la última persona en conocer la condición real de su salud. Eso mismo es lo que le ocurrió a la abuela de Wang, acontecimiento que traslada a su última película. No tanto para hablar de la mentira como para explicar, a través de ella, todos los conflictos identitarios que buscan encontrar una verdad personal e intransferible.

El gran acierto de The Farewell es precisamente la destreza de la chinoamericana para enfrentarse a diversas dualidades que explican el mundo contemporáneo con sus choques culturales producto de las diásporas y los conflictos identitarios, que son también el punto de partida de Chloé Zhao que recientemente estrenó The Rider. Ambas cineastas están dando nitidez a un cine que se escapa del binomio blanco-negro entrando en un juego de equilibrios que manejan a la perfección. Entre el humor y el drama contenido; entre lo personal y lo colectivo; entre lo emotivo y lo racional, esta cinta descubre pequeñas evidencias que sitúan a Wang, no obstante, más próxima al finlandés Aki Kaurismäki en sus películas más recientes como El otro lado de la esperanza, con la que buscó desdramatizar la tragedia de los refugiados.

El resultado de estas estrategias narrativas es que el enfoque busca puntos de fuga para realzar alternativas de vida, que ahora empiezan a sustentarse a través de un cine ecléctico que entiende mejor los conflictos del mundo. Sobre el pavimento de lo impostado, en The Farewell, se crea un escenario con una iluminación casi fluorescente, que sugiere cierta representatividad que apela al espectador continuamente invocándole a descubrir. Por otra parte, si bien Wang sitúa los conflictos de la protagonista como propios, al mismo tiempo, facilita las claves, en un filme muy accesible, para reconocer que los otros también tienen sus razones para ver el mundo tal cual lo ven.

En una actualidad enfrentada a dialécticas de opuestos, la escritura de Lulu Wang busca concurrir en un lugar común para la aceptación, la compresión, el compromiso y la esperanza. De hecho, es precisamente la esperanza la que emerge como un haz de luminosidad que convierte a The Farewell en una píldora de optimismo contra la incredulidad, ante una realidad fraudulenta y llena de falsos espejismos. Y en este lienzo, sobresale Awkwafina, la actriz y rapera que interpreta a Billi retratándola como un personaje diáfano que busca respuestas y encuentra su verdad contagiando a quien la ve con su naturalidad y espontaneidad.
 

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