La cámara de Claire | Breve estudio de honestidad 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Hong Sang-soo lleva hasta las últimas consecuencias su modus operandi en ‘La cámara de Claire’, la película más cercana de todas las que ha realizado hasta el momento

Con todavía dos películas pendientes de estreno en España en las que nuevamente Kim Min-hee volverá a estar entre el reparto destacado, Hong Sang-soo estrena La cámara de Claire. Fiel a su compromiso con la honestidad y con una realidad protegida por la ficción, el coreano en esta nueva incursión resuelve su modus operandi llevándolo a su esencia. En tan solo cinco días durante el Festival de Cine de Cannes de 2016 rodó este pasaje por lo anecdótico, que conecta con las contradicciones del ser humano en la contemporaneidad.

Posiblemente pasará por ser la película más trivial de Sang-soo. Sin duda, es su largometraje no solo más escueto, sino más ligero. Simbólico y cálidamente cercano, no por ello deja de investigar en la condición humana, como si el realizador de la espléndida Ahora sí, antes no, utilizase el cine para psicoanalizarse a sí mismo. Lo que lleva a recordar, inevitablemente, las primeras películas de Woody Allen, salvando las indudables distancias.

La cámara de Claire es la otra cara de la moneda de En la playa sola de noche. Optimista y refrescante, invita a un paseo por Cannes, mientras descubrimos lo que para Hong Sang-soo significa el cine. Una cámara, que en este caso sostiene Claire, uno de los alteregos del director, que permite volver a mirar todo detenidamente, con calma; un diario íntimo en el que buscarse a uno mismo, siendo fiel a lo vivencial y encontrándose con el espectador en un lugar para el reencuentro. Aquí para la conciliación de opuestos, lo que resulta muy alentador. Solo hay que fijarse en que las distancias generacionales y culturales entre los personajes de Isabelle Huppert y Kim Min-hee, muy elocuentes en el vestuario, no suponen ningún problema. La cámara de Claire, desde este punto de vista, es como un abrazo, la cinta más fraternal que haya escrito este director. Lo cual no quita que solo sea una anécdota, unos puntos suspensivos, una anotación en el diario de rodaje de uno de los cineastas más personales y prolíficos de la actualidad. Curiosamente, y aunque siempre vuelve sobre los mismos asuntos, de momento Sang-soo no aburre, al contrario, parece que con cada película se vuelve más enérgico. La espontaneidad que caracteriza la obra de este realizador lo impregna todo pudiendo permitirse lujos que otros quisieran. Como rodar tres películas en un año rodeado de amigos, haciendo elemental, lo sencillo. Y consiguiendo que el cine más que mágico, sea lo que tiene que ser, algo honesto, que no adoctrina, que deja mirar y permite encontrarse con los yos y los tús.
 

Tráiler de La cámara de Claire | StyleFeelFree Youtube