Yolanda G. Alonso

El creador textil Paco Rabanne cambió el hilo por los ganchos a la vez que sustituyó el tejido por el plástico y el metal con la finalidad de crear piezas sorprendentes

Paco Rabanne | Diseño de moda | StyleFeelFree. SFF mgazine
Imagen de desfile de Paco Rabanne en la década de 1960 | StyleFeelFree. SFF magazine

De mirada despierta y sagaz que parecía ver más allá de lo tangible Paco Rabanne (España, 1938 – Francia, 3 de febrero de 2023) abrió nuevos caminos para la creación. Una creación, en el campo de moda, que queda huérfana con su reciente fallecimiento. La noticia de su muerte, en la población francesa de Portsall, llega unos días antes de que se hubiese celebrado su 89 cumpleaños. Sin embargo, nos atrevemos a pensar que, como ferviente defensor de la reencarnación, posición que dejó patente en su libro De una vida a la otra (Plaza & Janés, 1992), sería contrario de ver en la muerte un final. De hecho, sus diseños permanecen vivos, dispersos por museos de todo el mundo. De igual forma, sus robustas prendas de malla metálica, de inspiración medieval, posiblemente producto de sus recuerdos de vivencias pasadas, tienen aún un largo camino que transitar.

El trayecto que recorre Paco Rabanne parte de un soporte, en principio el cuerpo, para sobrepasarlo. Para ir más allá del propósito de vestirlo, de cubrirlo, de abrigarlo. Sus formas, materiales y métodos están pensados para trascender más allá de servir de ropa sobre un torso. Su razón última es más cercana a la de estimular y provocar rompiendo con la idea del vestido. Más aún, teniendo en cuenta que todo ello se englobaba en el área de la alta costura. De ahí su importancia en la historia de la moda. Sus esbozos necesitaban de un equipo especializado para ser producidos, pero no exclusivamente un equipo de costureras. Sus operarios debían trabajar con metales y plásticos, piezas que tenían que unir sin usar hilo. Sus atuendos iban más allá de la comodidad ¿Cuál era su finalidad al crear estos objetos? Pretendía generar una imagen corporal que ensalzara la feminidad.

Arquitecturas portables sobre cuerpos

Para Paco Rabanne la construcción de vestidos estaba basada en fundamentos arquitectónicos. Ello, probablemente, procedía de sus estudios en arquitectura. No obstante, eligió el cuerpo para lucir sus creaciones. De esta forma, su producción adquiere la cualidad de portabilidad. Al mismo tiempo, se le pueden asociar características como la seducción. Unos atributos a los que podemos añadir los de la amazona. La mujer de Rabanne combina cualidades no solo de diosa, sino también de guerrera. Esto enlaza con un tema social candente durante su primera etapa en la moda, en los años sesenta, como fue la lucha por la emancipación femenina. En ella Rabanne tuvo un papel importante ya que sus vestidos estaban pensados para la heroización de la mujer. La mujer se convierte en sujeto de observación, pero a la vez está protegido por un caparazón de metal que hace la función de armadura.

Las corazas de Rabanne tienen la mirada fija en el futuro. Para crearlas, investigó con materiales nuevos como el metal, el plástico, el rhodoïd, el plexiglás o la fibra óptica. Sin embargo, cabe señalar que en los sesenta hubo un auge por las creaciones futuristas propiciado por los avances en el campo de la tecnología y la astronáutica. No fue el único diseñador que utilizó plástico o metal como materiales para crear ropa. También diseñadores como Pierre Cardin o André Courrèges tenían una inspiración futurista. Ahora bien, el método de Rabanne fue innovador. Sus estudios sobre las distintas materias que utilizó dieron lugar a divisiones del material en placas geométricas que eran luego engarzadas a través de anillos. Así, con esta forma de fabricación, los elementos rígidos que utilizaba cobraban movilidad y se adaptaban a la superficie corporal.

Pese a que la funcionalidad no era una preocupación prioritaria para Paco Rabanne consiguió que en los años sesenta sus vestidos tuvieran gran éxito. Estrellas del cine y la música como Audrey Hepburn, Françoise Hardy o Brigitte Bardot lucieron sus trabajos. Además, sus prendas utópicas para futuros imaginarios sirvieron de inspiración a películas como Barbarella (1968). Aquí, una exuberante Jane Fonda, en la escena final, lucía un diseño impulsado por las creaciones del artista vasco. Igualmente, William Klein en Who are you, Polly Magoo? (1966) contó con los modelos de este artista de la composición. También vemos sus trajes en películas como Dos en la carretera o en la comedia surrealista Casino Royale, ambas de 1967. Todos estos cuerpos vestidos por Rabanne adquieren con sus diseños otra dimensión. Dejan así de ser simples soportes para convertirse en objetos de deseo difícilmente imitables.