Rosana G. Alonso
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Desde una evidente inclinación hacia la denuncia, el reciente cine de género documental independiente coreano reunido en la I Muestra de Documental Coreano en Cineteca, abre vías para dilucidar el camino emprendido por Corea del Sur desde la posguerra hasta la actualidad

A dream of Iron en la I Muestra de Documental Coreano | StyleFeelFree
Fotograma de A dream of Iron | StyleFeelFree

El pasado fin de semana pudimos asistir a los primeros pases de las cuatro películas documentales que presenta la I Muestra de Documental Coreano y que se volverán a proyectar los próximos 21 y 22 de Mayo en la Cineteca de Madrid. Los cuatro largometrajes que se muestran en este primer certamen, guardan en común una búsqueda intensa de respuestas que no guían al espectador por un camino obligado, sino que le ofrecen itinerarios sobre los que pensar para comprender la difícil trayectoria hacia el desarrollo que emprendió Corea del Sur desde los años sesenta hasta la actualidad. No exentas de denuncia, las cuatro películas desarrollan aspectos esenciales para interpretar la actualidad volviendo sobre el pasado más reciente. Desde los años sesenta, década que es el punto de inicio de Factory Complex (Im Heung-soon, 2015) y de A dream of Iron (Park Kyung-Kun, 2013), pasando por la década de los noventa que queda reflejada en Non-fiction diary (Jung Yoon-suk, 2013), hasta la actualidad en la que desembocan las cuatro cintas mostradas.

Historias de crecimiento y de desarrollo a expensas de verdaderos dramas que son motivo en Factory Complex para hablar de la precariedad laboral femenina; de las difíciles condiciones en las que viven los ancianos en With or Without you (Park Hyuck-Jee, 2015), una entrañable historia de dos mujeres mayores que no siendo familia viven y se cuidan mutuamente como si lo fueran; de la pena de muerte en Non-fiction diary, un relato que tras el caso del Clan de Jijón y su comparación con desastres humanos como el del desplome de los grandes almacenes Sampoong y el colapso del puente Seongsu que causaron centenares de muertos que pudieron evitarse, cuestiona la sentencia de muerte que sufrieron los cuatro jóvenes del Clan de Jijón; y finalmente, desde la lírica más elocuente en A dream of Iron, una oda al dios del hierro que hizo posible la industria de la siderurgia, un largometraje que revela el origen del sindicalismo en 1990 en Corea del Sur, así como el auge y caída de la era industrial, un tiempo que Kyung-Kun, homenajeando a Allan Sekula, materializa con una cadencia parsimoniosa que deja tras de sí exquisitas imágenes de la industria del hierro que se vuelven metáfora de las relaciones humanas.

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