Rosana G. Alonso
Últimas entradas de Rosana G. Alonso (ver todo)

El Círculo de Bellas Artes acoge la Sala de los Cineastas, un proyecto que busca establecer, en Madrid, un lugar de encuentro para distintos agentes de lo cinematográfico

Basilio Martín Patino. La décima carta de Virginia García del Pino
Imagen de la película Basilio Martín Patino. La décima carta con motivo de la Sala de los Cineastas | StyleFeelFree

Que el cine estatal no está pasando por uno de sus mejores momentos, si es que alguna vez los ha tenido buenos, es una realidad conocida. Pero ante el dilema de seguir hacia delante creando nuevas estrategias de difusión y visibilidad, o seguir como hasta ahora, siempre es preferible tomar parte. Esa es la postura de la asociación, prácticamente recién constituida, Unión de Cineastas. Una agrupación cultural que acaba de anunciar, en el Círculo de Bellas Artes, su proyecto La Sala de los Cineastas junto con Virginia García del Pino. La cineasta, presente en el acto de inauguración, presentaba además su documental Basilio Martín Patino. La décima carta. Se daba así el pistoletazo de salida a una cita imprescindible con el cine. Será todos los miércoles, en una de las salas de exhibición icónicas de Madrid, el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.

Pero la idea de este encuentro se aleja de los estándares. Como explica Jonás Trueba, que forma parte del Comité de Coordinación, «la asociación parte de la idea de pensar el cine como bien cultural que debe ser accesible para todo el mundo y por ello, debe acercarse a la sociedad». ¿Cómo? Pues cada miércoles lo que pretenden es que los cineastas se relacionen con los espectadores. Pero también que conecten entre ellos saltándose las etiquetas gremiales que hasta ahora distanciaban a los propios agentes de la industria. El modelo, ya implantado en otros países, pasa por hacer presentaciones de las películas, generar debates y conversaciones. Ello permitirá, por ejemplo, conocer en primicia proyectos aún por rodar, o incluso introducir música en directo. En realidad, se trata de «hacer un pequeño homenaje al cine», explica Jonás, el más joven de los Trueba en la estirpe cinematográfica.

Todo esto, en un entorno en el que sus guías de actuación pasarán por la educación, la exhibición y la proporcionalidad entendida como forma de no ceñirse a un patrón estático. De ahí que su intención sea la de ofrecer una oferta no excluyente. En este sentido, Luis Parés, como coordinador de programación, explica el interés que les une por la educación. Es por eso, que los proyectos pedagógicos sobre cine tendrán un papel importante en la programación. Asimismo, se dará continuidad a los títulos cinematográficos organizándose cuatro pases por película. El objetivo que buscan es fomentar la idea de pantalla viva donde la gente se encuentre, participe y aprenda pero sin perder de vista el aspecto lúdico. Ese que hace pensar en la idea de cine-club y no tanto en la cada vez más caduca concepción de las salas comerciales.