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Con ‘Solo dios perdona’ Nicolas Winding Refn eleva la fotografía, los decorados y el sonido a su expresión más preciosista y sublime

Como un golpe seco de genialidad artística, con la incomprensión que muchas veces genera traspasar el límite de lo políticamente correcto y aceptado por las reglas del momento, llega a las pantallas Sólo Dios perdona del danés Nicolas Winding Refn, tras la aclamada Drive. Un acierto comercial con una trama redonda que enganchó a público y crítica y que le permitió rodar esta cinta más personal y obsesiva. Ante todo debo advertir que Sólo dios perdona no es apta para todos los públicos. No sólo por el alto grado de violencia. También por su ritmo parsimonioso y su casi inexistente guión. Aún así, se trata de una historia sencilla. Dos hermanos estadounidenses regentan un club de boxeo en Bangkok que, en verdad, es una tapadera para un negocio de droga que acabará desencadenando una oleada de violencia y venganza a raíz de un dramático incidente.
Aparentemente, una película más de acción, violencia gratuita y adrenalina. Pero nada más alejado de la realidad. Sólo Dios perdona es un filme que precisa de muchas lecturas. Al mismo tiempo, está grabado con una pulcritud y minuciosidad magistral elevando la fotografía, los decorados y el sonido a su expresión más preciosista y sublime. Cada escena es un lienzo encuadrado y matizado por el rojo que enfatiza cada fotograma. No de forma gratuita, sino como símbolo de todos los elementos que se tocan en la película y que son muchos: la venganza, la obsesión, la rabia, la relación madre e hijo más enfermiza y dolorosa que podamos imaginar; y por supuesto, oriente y su submundo nocturno, bajo el prisma de una cromática escarlata siempre presente en su tradición.
Es esta una película de respuestas y de preguntas. Todo queda en entredicho, en suspense. Los diálogos son necesarios para decir lo necesario, y para herir. La herida es, nuevamente, el rojo; y el silencio. Aquí los personajes no son tan importantes, sino el mensaje que llevan. Dios y el demonio tienen una representación real y tangible, pero además, metafórica. Y el mal personificado en una mujer-madre en uno de los papeles más elogiables que haya hecho Kristin Scott Thomas.
No obstante, es posible que únicamente el paso del tiempo y las nuevas generaciones que están creciendo con un lenguaje audivisual más hiperbólico, podrán valorar con otro criterio esta película, que bajo mi punto de vista, es el retrato perfecto de una obsesión del cineasta planteada como sólo pueden plantearse las obsesiones: con exceso, énfasis y rompiendo todas las estructuras —también en la sala de montaje—. Y plasmada con los mejores recursos que Nicolas Winding Refn podía tener a su alcance.
Título original: Only God Forgives (Sólo Dios perdona)
Dirección: Nicolas Winding Refn
Guión: Nicolas Winding Refn
Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Rhatha Phongam, Gordon Brown, Tom Burke, Sahajak Boonthanakit, Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kovit Wattanakul, Wannisa Peungpa, Byron Gibson
Fecha de estreno España: 31 de Octubre de 2013