Xo & Yu

En un agosto atípico, nos engalanamos con vestidos blancos que buscan resignificar los valores asociados a los vestidos de debutantes

Agosto, este año, en el hemisferio norte, ha perdido su esplendor a causa del COVID-19. Tras pasar la primavera confinados, queremos no obstante disponer de nuestro tiempo libre disfrutando de las horas de sol y sintiéndonos radiantes y optimistas, a pesar de todo, en un verano que proponemos teñirlo de blanco. Celebramos así la pureza del blanco, cambiándole la cara a la pandemia, sintiéndonos las protagonistas de un evento extraordinario. Para ello nada mejor que delicados vestidos blancos en gasa, raso, muselina o chiffon, y adornados con volantes, lorzas y bordados, que nos recuerdan a la vestimenta de los arcaicos bailes de debutantes.

CLAVE:
El color blanco se adueña de delicados vestidos en gasa, raso, muselina o chiffon; adornados con volantes, lorzas y bordados

En un verano atípico estos vestidos blancos se convierten en una especie de amuleto para celebrar las tardes de sol, en espacios, a ser posible, en los que podamos estar en contacto con la naturaleza, huyendo de la circulación multitudinaria de las grandes ciudades. Queremos aprovechar hasta el último aliento nuestro tiempo de ocio, al aire libre, evitando sentirnos pesimistas ante la incertidumbre y la atmósfera poco relajada que es la tónica en estos tiempos de recogida y desconfianza. Y no queremos renunciar a nuestro cuidado personal, a la espera de un futuro más prometedor, porque este es incierto. Para ello nada mejor que los vestidos blancos. Solo blanco. Blanco para cenicientas sin príncipe que no postergan la ocasión de sentirse especiales, hermosas y válidas, aunque los condicionantes externos no sean los más propicios.

Desnudamos a las novias y debutantes casaderas. Las despojamos de su indumentaria, para resignificarla. Tomamos el control de nuestras vidas arrebatadas. Precisamente ahora, tenemos la ocasión de efectuar cambios, rompiendo con cánones aprendidos. Tenemos que reaprender reflexionando que significa hoy la libertad, el respeto y la solidaridad. Y tenemos que imaginar cómo queremos que sea nuestra realidad reinvirtiendo el estereotipo que no está en la forma, sino en el modo de interpretarla y vivenciarla. Recuperamos así la feminidad, lo sagrado y lo puro, revalorizando estos términos, imaginando que nos encontramos en una sala vacía, en la que bailamos. Vestidas de blanco, festejando la vida y la oportunidad que todavía tenemos para vivirla. Bailando con el viento, cubiertas por vestidos vaporosos y fluidos que nos trasportan a un lugar sin nombre, en el que reinamos a nuestro son.
 

Vestidos blancos | StyleFeelFree

Tendencias moda verano 2020: vestidos blancos

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