Un asunto de familia | Afán de compendiar 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Con ‘Un asunto de familia’ Kore-eda reflexiona sobre las cuestiones que ha ido abordando en toda su trayectoria, con la familia como eje central

Es evidente que Kore-eda Hirokazu, tras más de una decena de películas de ficción ha sabido posicionarse como uno de los mejores retratistas de los nuevos modelos familiares, detrás de los cuales se perfila una aguda crítica social. No obstante, aunque Un asunto de familia ha pasado el primer visto bueno del AMPAS [Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood], partiendo previsiblemente como favorita a ser una de las nominadas para los Oscars en la categoría de películas de habla no inglesa, posiblemente junto a Cold War y Roma, personalmente no podría ponerla por delante de películas como Maboroshi (su magnífica ópera prima), Nadie sabe, Still Walking, o sin ir más lejos, El tercer asesinato. Esta última, curiosamente, una cinta que pasó bastante desapercibida, y que sin embargo, es una de las propuestas más frescas de las últimas que lleva haciendo en una carrera que empieza a ser frenética.

La clara intención de compendiar, con Un asunto de familia, una filmografía repleta de joyas, ha sido en cambio una decisión que llega en un buen momento porque Kore-eda todavía no ha mostrado signos de agotamiento y con la dinámica que lleva, es una ocasión magnífica para hacer balance. La excelente acogida que está teniendo en certámenes y festivales lo constata. Entre estos reconocimientos destaca la Palma de Oro en Cannes y el estreno de Kore-eda como nominado a los Globos de oro. Con todo este revuelo, esperaba que esta propuesta tuviese la misma intensidad emocional que De tal padre, tal hijo y Nadie sabe. Películas, por cierto, con las que comparte muchas similitudes, especialmente con Nadie sabe, al volver a recabar una observación muy certera que se acerca a problemáticas sociales muy hirientes.

Como en sus últimas películas Kore-eda en Un asunto de familia se mantiene tibio. Ni siquiera al final cuando la trama se complica y se descubre el pastel, consigue caldear el ambiente. Y a pesar de ello, o por ello mismo, es una de las propuestas más abiertas que dejan al espectador la posibilidad de meditar sobre muchas cuestiones en las que está implicada la familia, no como modelo arquetípico, sino como modelo frágil e incluso desestabilizador. En este sentido sí es una cinta que ilumina zonas en penumbra y que sin duda es un buen comienzo para indagar en una de las carreras más apasionantes del cine asiático contemporáneo.
 

Tráiler de Un asunto de familia | StyleFeelFree Youtube