En realidad, nunca estuviste aquí | Joaquin Phoenix baja a los infiernos 

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Rosana G. Alonso

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Cómo Joaquin Phoenix trata de sobrevivir a su propia conciencia y angustia, invitándonos a entrar en su compleja psique, es lo más apasionante de ‘En realidad, nunca estuviste aquí’ de la cineasta Lynne Ramsay

Hasta el momento estábamos acostumbrados a que Lynne Ramsay tratase realidades muy duras, incluso con episodios violentos como en Tenemos que hablar de Kevin, pero nunca había abordado la violencia con la brutalidad que despliega en En realidad, nunca estuviste aquí. Basada en una novela corta de Jonathan Ames, la cinta nos muestra a Joaquin Phoenix en estado alterado, con una estética desaliñada y un cuerpo voluminoso que lo adecúan para interpretar a Joe, un matón aparentemente depresivo, con una historia personal a sus espaldas que le ha dejado considerables heridas, pero con una energía desbordante, en el que podría ser el mejor papel de la carrera de Phoenix ya que enfatiza su capacidad de entrar en el lado oscuro, aunque vulnerable, de la psicología humana, como ya demostró en The master.

Las comparaciones fáciles son tentadoras pero no veo tanto la similitud entre este Joe y el Travis Bicle de Taxi Driver o el Davila de El profesional (Léon). El interés de Ramsay por los estados psicológicos consigue que el perfil cabizbajo y solitario de Joaquin Phoenix no sea tan fácilmente perfilable, aunque entiendo que todos ellos son personajes icónicos que, como el protagonista de En realidad, nunca estuviste aquí, reflejaron bien la estética de una década y mostraron además una moralidad propia, que los convirtió en seductores anti-héroes. Sin embargo el clima de violencia que exterioriza la cineasta escocesa no impide una búsqueda introspectiva, con sus paisajes fantasmales, que busca racionalizar lo que vemos sumergiéndonos en lo simbólico. Posiblemente este sea también su punto débil ya que la cinta, con pocos diálogos, podría resultar visualmente desquiciante, con imágenes muy gráficas que capturan la impresión inmediata, mientras por otra parte hay una continua huida hacia delante. En muchos aspectos. Pero sobre todo, se huye de los encasillamientos, de los estereotipos y de las asociaciones fáciles. Sin embargo, precisamente porque huye, sabemos que admite que hay razones suficientes para tener que darle una vuelta de tuerca a una historia que en su base tampoco es demasiado original. Suerte que Lynne Ramsay es una de las cineastas más apasionantes del Reino Unido y sabe donde están los escondrijos del alma en donde sus personajes encuentran las razones para sobrevivir. En todos sus anteriores trabajos nos mostró personalidades arrolladoras que trataban de encontrar la forma de adaptarse a sus circunstancias. Como Joaquin Phoenix intenta sobrevivir a su propia conciencia y angustia con tintes obsesivos y suicidas, invitándonos a entrar en su compleja psique, es lo más apasionante de En realidad, nunca estuviste aquí, una razón más que suficiente para sumergirnos en esta desafiante bajada a los infiernos.
 

Tráiler de En realidad, nunca estuviste aquí | StyleFeelFree Youtube