Un minuto de gloria | Teoría del caos 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Después de ‘La lección’, Grozeva y Valchanov continúan con su trilogía sobre la realidad con ‘Un minuto de gloria’, una cinta que tiene un ingrediente añadido. A la sátira, se une el humor como base del argumento

Por este mismo medio, en el repaso a las mejores películas del año que habitualmente realizamos en StyleFeelFree, La lección, anterior película de Kristina Grozeva y Petar Valchanov, acabó posicionándose como la mejor cinta del año 2015. Tras aquel inesperado filme de unos realizadores debutantes en el largometraje de ficción, encontré las señas de identidad de un cine contemporáneo deudor de una realidad poliédrica que no usa a los personajes como excusa para fomentar estereotipos, que si siguen funcionando en lo social, es porque las industrias de la imagen lo promueven.

Tras La lección, que ya habían anunciado en su momento que formaría parte de una trilogía sobre la realidad inspirada en las noticias que aparecen en los medios, los búlgaros llegan con Un minuto de gloria, un proyecto que vuelve con personajes genuinos que resultando tremendamente cinematográficos, conectan con el espectador por su grado de empatía con la audiencia. En este caso, Kristina Grozeva y Petar Valchanov acompañados en la escritura del guion por Decho Taralezhkov, cuentan la historia de un hombre que trabajando en las vías del tren, se encuentra con una importante suma de dinero que decide entregar a la policía. Un episodio casual que acabará por convertirse en una pesadilla para todos los involucrados porque, como ocurre generalmente en la vida real, lo aparentemente anecdótico puede ser la punta de un iceberg, en una trayectoria personal que inesperadamente se cruza con otras trayectorias.

Como en La lección, las estructuras de poder vuelven a chocar con los ciudadanos de a pie en una película que, a diferencia de aquella, se sirve del humor que nos deja extraordinarias escenas que distancian a Un minuto de gloria de los filmes sociales de Ken Loach o los hermanos Dardenne, para mostrarnos un escenario tragicómico más en la línea de Aki Kaurismäki, a través del cual nos acercamos a personajes con los que rápidamente empatizamos y que vuelven a contar con Margita Gosheva interpretando a una eficiente relaciones públicas al servicio del Estado, que resulta ser la otra cara de la moneda del enternecedor personaje central interpretado por Georgi Stamenov.

Una película que aunque mantiene el ritmo, y el giro que da con respecto a la primera parte de la trilogía es satisfactorio, es un poco más esquiva que La lección en el desarrollo final. Incluso con estas, fácilmente se colará entre los mejores filmes de este año. Su desarrollo del caos vital, vuelve a darnos motivos para reflexionar acerca de lo social y sus mecanismos.
 

Tráiler de Un minuto de gloria | StyleFeelFree Youtube