En la vía láctea | Kusturica, sin sorpresas 

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Rosana G. Alonso

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Tras una década de silencio desde ‘Prométeme’, Kusturica vuelve fiel a su estilo con ‘En la vía láctea’, una película que sin poder igualar sus mejores cintas, busca recuperar su esencia

Pocos directores me sorprendieron tan gratamente como Emir Kusturica con El tiempo de los gitanos (1988) y Gato negro, gato blanco (1998). No obstante, su vívida y mágica estética, un soplo de aire fresco cuando lo descubrí allá por los noventa, me resultó asfixiante y de un grotesco que no tenía base de ser en Prométeme, su anterior filme de ficción a esta En la vía láctea. En aquella película se vio a un Kusturica machacón, que parecía haber agotado su caudal expresivo como le ocurrió a Tarantino tras Kill Bill. El serbio volvió al cine en 2008, pero para hacer un documental sobre Maradona, que no me atraía demasiado. Tras este documental y salvo un segmento para Words with Gods, en la que participaron otros 8 directores entre los que cabe destacar a Amos Gitai, Mira Nair o el español Álex de la Iglesia, tardó en decidirse a rodar.

Este tiempo de espera, en cambio, no le ha servido para reflexionar y dar un giro a su carrera cinematográfica, que aún con el riesgo, le hubiese venido bien después de más de tres décadas haciendo películas con una seña de identidad muy definida. Sin embargo, Kusturica no parece estar interesado en los riesgos y trata de recuperar la esencia de sus mejores cintas, en un relato que, en esta ocasión, hubiese ganado en un metraje de menos duración que sintetizara su naturaleza cinematográfica para retomar su obra, ya que en la primera hora de película conquista al espectador con su conocido collage cinematográfico en el que cachivaches, animales, bellas y bestias, van recreando una fábula balcánica que hipnotiza.

Emir Kusturica tampoco parece ser capaz de abreviar sus narraciones para no retener al espectador con fórmulas ya conocidas, pasada la hora y media. Su vuelta tiene claras las premisas. El precio de la entrada bien merece las dos horas de proyección, para sumergirnos en un escenario quimérico en el que el amor busca triunfar por encima de la violencia y la venganza.

A pesar de que no hay novedad a la vista y el serbio no consigue empatar sus años de iluminación, para los iniciados en Kusturica, En la vía láctea puede ser la ocasión de descubrir una de las cinematografías europeas más interesantes de las décadas de los ochenta y noventa. Aunque tengo dudas de si a las generaciones más jóvenes no les resultará un poco cargante el excesivo romanticismo de esta En la vía láctea.
 

Tráiler de En la Vía Láctea | StyleFeelFree Youtube