Goodbye Berlín | Una aventura de iniciación 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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El tono excesivo de Fatih Akin en ‘Soul Kitchen’ resulta un traje a medida para la adaptación de la novela ‘Goodbye Berlín’ de Wolfgang Herrndorf

Hay una distancia enorme entre el Fatih Akin de Al otro lado  y el de Soul Kitchen, aunque entre una película y otra a penas haya distancia temporal. Personalmente prefiero al Fatih Akin de Al otro lado, todavía sin signos visibles de enajenación custodiada por una comedia ampulosa que encuentra en el exceso una estética extasiada en sí misma, con la que no empatizo. En Soul Kitchen, película con la que descubrí su trabajo, me resultaron desatinados el tono y los registros formales. Sin embargo, cuando retomé su obra con Al otro lado, me encontré con la sorpresa de volver sobre una cinematografía, aquí, más próxima a la de Asghar Farhadi en Nader y Simin, una separación.

Curiosamente, lo que no le sentaba bien a Soul Kitchen  parece un traje a medida para Goodbye Berlín, una road movie inspirada en la novela Tschick  (Goodbye Berlín, en la traducción española), uno de los últimos libros publicados en vida de su autor, Wolfgang Herrndorf, que en la adaptación de Akin se vuelve un potente revulsivo a las road movies protagonizadas por adultos, contagiado como está Goodbye Berlín  por la efusión de la literatura para niños-adolescentes, propia del pasado siglo, antes del fenómeno de Harry Potter.

El acierto de Fatih Akin estriba en dotar a esta adaptación de un colorismo que no desentona, ni choca por estridente, ya que cualquier signo de más, está justificado por el género de aventuras que Herrndorf recuperó como una forma de recobrar el brillo de los libros que marcaron su infancia, para volver a sentir lo que significa ver la existencia a través de una mirada joven que todo lo devora. Esa sensación, de sentirse embriagado por la vida, tanto en las subidas como en las bajadas, se recupera con creces en esta versión cinematográfica que es pura adrenalina y candidez, pero también enfoca las crisis sociales actuales, con la familia en el punto de mira, la inmigración y el descubrimiento sexual como extras que dan sentido al metraje desde un posicionamiento actual; así como la amistad como motor de empuje que invita a un viaje de iniciación hacia la madurez. Una travesía que no sería la misma sin la presencia de unos protagonistas, Tristán Göbel, que también sobresalió en Al otro lado del muro, y Anand Batbileg, inmejorable como Tschick, un dúo que funciona en pantalla, a la manera de un zipi y zape contemporáneos con los que pasar un momento de optimismo para asumir las batallas diarias de la realidad.
 

Tráiler de Goodbye Berlín | StyleFeelFree Youtube