Rosana G. Alonso
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La retrospectiva sobre Wifredo Lam que ahora presenta el Museo Reina Sofía, producto de su colaboración con el Pompidou y la Tate Modern, es un recorrido que revisita la obra del artista cubano destacando su vertiente cosmopolita y transnacional

Wifredo Lam | StyleFeelFree
Obra: La fruta bomba, 1944 de Wifredo Lam | Foto: Y.Yu para © StyleFeelFree

En un lugar entre lo blanco y lo negro, lo divino y lo telúrico, las vanguardias y las culturas ancestrales, Wifredo Lam (Cuba, 1902 – París, 1982), al que ahora el Museo Reina Sofía le dedica una retrospectiva que trata de explicar su obra resitúandola en una historia del arte internacional que recupera además su etapa española, dio significado a su tiempo siendo capaz de sumar las experiencias que fue absorbiendo mientras se veía sumido en una diáspora que muchas veces implicaba un volver a empezar de cero. Así, errante, unas veces por obligación, acosado por la cruenta historia que parecía perseguirle de estado en estado. Otras veces, por curiosidad y placer, por costumbre de no quedarse mucho tiempo en un lugar, de no poder quedarse quieto cuando el conocimiento de sí mismo implicaba cuestionarse la propia identidad a través del espacio, fue construyendo su relato artístico y su propia identificación ya predispuesta a una multiculturalidad que le venía de herencia. Hijo de padre chino y madre africano-española, nació en Cuba pero su consolidación como artista la encontró en España donde pasó quince años muy importantes en su trayectoria vital que quedaron atravesados por una guerra civil, la española de finales de los treinta del siglo pasado, en la que participó y que le obligó a huir a Francia cuando ya prácticamente estaba ganada por los franquistas.

Ya en París, Picasso le recibió con los brazos abiertos y se reencontró con una parte importante de sí mismo, la que le recordaba su color de piel, en el Museo del Hombre que se había inaugurado en la capital francesa hacía poco y que visitó por recomendación de Picasso en un momento en el que las vanguardias estaban adoptando lo que no dejaba de ser exótico, como fuente de inspiración e investigación. Pero fue su doloroso regreso a Cuba a donde tuvo que volver cuando Francia dejó de ser un lugar seguro a raíz de la invasión de los alemanes, lo que realmente ordenó su identidad. A partir de aquí, sus propuestas artísticas adquirirían todo lo que representan en la actualidad. “Un eclecticismo enraizado en el Sur, una mirada descolonizada y, al mismo tiempo, ávida de metrópoli en su adopción de las formas de modernidad”, sintetiza Manuel Borja Villel, co-comisario de la muestra junto a Catherine David y director del Museo Reina Sofía.

En la trayectoria artística de Wifredo Lam, su biografía amplificada a la transmisión colonial y perpetuada a través de los numerosos lugares de acogida donde vivió y creó, así como a las colaboraciones con otros artistas, pensadores y escritores de la época, fue determinante para gestar una autonomía que tiene rasgos distintivos a pesar de los obvios parentescos con unas vanguardias que absorbió en Europa y que claramente lo emparejan en muchas obras con otros artistas, especialmente con el Picasso de garra y anguloso, aunque Borja-Villel también apunta a otros como Matisse, incluso a Velázquez, destacando además que en su obra “hay un elemento de pérdida y dolor que es constante”. Perdió a la primera familia que formó en España —mujer e hijo— y tuvo que abandonar muchas veces sus lugares de residencia por razones políticas. Pero también es constante la pérdida metafísica, de verse desposeído, desarraigado y en búsqueda de una identidad que no encajaba en la normativa social impuesta por el discurso colonial que se posicionaba sin términos medios entre blanco y negro; y que asimismo, en su primera etapa en España, resultaba ambigua como se observa en las fotografías y autorretratos que se conservan de él y que se recuperan para la muestra en Madrid.

Otro de los rasgos que marcan su obra es el “elemento de diáspora”, según Borja-Villel. Vivió en distintas ciudades de distintos países. Cuba, España, Francia. Vuelta a Cuba y las Américas donde estalló su creatividad motivado no solo por la fascinación que descubrió en los rituales y la santería, sino por su capacidad de verlos con una mirada renovada que le permitía, ahora sí, cuestionarse su cultura afrocubana y encontrar en ella respuestas que materializaría en su obra de esta etapa en la que predominan las figuras sincréticas que unen lo vegetal, lo animal y lo humano reproduciendo la energía y los mundos espirituales propios de las culturas caribeñas como en las asombrosas de los años cuarenta La fruta bomba  o Composición. Así como sus altares  o su encuentro con el hombre o mujer animal, como lo vivencian La mujer caballo, presente en la muestra, y que responde a la desposesión del ser en los trances rituales. De esta etapa figuran de hecho algunas de sus obras más apreciadas como Les Noces  [La boda ] o La Rumeur de la terre  [El rumor de la tierra ]. Posteriormente a este período, regresa a París. Caracas, de nuevo Cuba, Nueva York, Zúrich y descubrimiento de Albissola, en Italia, donde pasaría su última etapa de vida experimentando con la cerámica y disfrutando de la luz mediterránea.

Como consecuencia de un peregrinaje continuo en la obra y vida de Wifredo Lam, la exposición retrospectiva que el Museo Reina Sofía recibe después de haber pasado por el Centro Pompidou de París, hace hincapié en las etapas de un trabajo transnacional que borra fronteras reagrupándolas, pero también aprovechando las particularidades que cada estancia le otorgó. En palabras de Catherine David “Wifredo Lam es un artista que tiene mucho que ver con la historia del siglo XX. Es un artista totalmente internacional por lo que es imposible encajar su trabajo y limitarlo al momento cubano o lo latino, término que se creó en los setenta por razones de mercado”. Por ello, contemplar su obra a partir de esta amplia selección de doscientas cincuenta obras entre pinturas, dibujos, grabados y cerámicas, sigue siendo una oportunidad de tratar de resolver las múltiples incógnitas que a día de hoy parecen seguir subsistiendo en torno a una figura que sigue siendo tan enigmática, como su trabajo.
 
Wifredo Lam | StyleFeelFree

Al fondo, obra: Les Noces (La boda ), 1947 de W. Lam | Foto: Y. Yu para © StyleFeelFree

DATOS DE INTERÉS
Título: Wifredo Lam
Artista: Wifredo Lam
Comisariado: Catherine David (Centre Pompidou) y Manuel Borja-Villel (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía)
Lugar: Museo Reina Sofía
Fechas: 5 de Abril de 2016 – 15 de Agosto de 2016
Itinerancias: Tate Modern (14 Septiembre 2016 – 8 Enero 2017)