Lizzie Fitch y Ryan Trecartin. Un mundo de excesos 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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La Casa Encendida presenta por primera vez en España en una exposición individual, el trabajo de los artistas norteamericanos Lizzie Fitch y Ryan Trecartin

Mediante tonalidades estridentes que anticipan personajes de plástico, luces brillantes y movimientos alterados, los norteamericanos Lizzie Fitch y Ryan Trecartin recrean con la exposición Priority Innfield  el exceso de información al que estamos sometidos en la era de Internet, así como los nuevos lenguajes resultantes de estos canales de comunicación surgidos en redes. En La Casa Encendida de Madrid, centro que acoge la muestra que recoge el trabajo de los artistas norteamericanos, esta interpretación de la realidad por medio del Arte se muestra a través de 5 escenografías. Pole, Fence, Villa, Way y Tilt son los títulos de estas representaciones que se contemplan como sets escultóricos en los que se han incorporado casi otros tantos videos de nombres Junior War, CENTER JENNY, Item Falls y Comma Boat, visuales que pretenden disolver los límites establecidos entre la sala y la pantalla mostrando imágenes que giran y cambian buscando un impacto hiperactivo en el espectador.

Como el tema principal de esta exposición gira en torno a cómo estos nuevos lenguajes están banalizando la sociedad, los esfuerzos de Lizzie Fitch y Ryan Trecartin no temen resultar excesivos. De ahí que en el encuentro con su obra, el espectador pueda sentirse como atrapado en una pesadilla en la que Facebook podría ser el protagonista absoluto. La síntesis del trabajo audiovisual de estos artistas es vista por algunos como la mezcla de El Bosco con Keith Haring, aunque posiblemente, para ser más exactos, habría que añadir también los efectos del cine indie norteamericano surgido en los sesenta con figuras clave como John Waters; con los excesos propios del pop más corrosivo adaptados para videoclips musicales. Independientemente de esto, hay muchas asociaciones que se podrían realizar. Acercarse a la obra de estos artistas residentes en Los Ángeles implica dejarse llevar por las asociaciones que nos surjan guiados por nuestro propio bagaje cultural y personal. Todo tiene cabida en un mundo de excesos propio de una sociedad de hiperconsumo de la que Lizzie Fitch y Ryan Trecartin se nutren a través de unos entramados que buscan ser descodificados y reinterpretados. Un mundo en el que la tecnología parece haberlo absorbido todo. “Me fascina la idea de que la tecnología y la cultura se mueven más rápido de lo que somos capaces de entender”, asegura Trecartin al respecto. La pesadilla tecnofóbica que ya avanzaban autores como Mary Shelley o Isaac Asimov ya ha llegado y lo está devorando todo.