Rosana G. Alonso
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En ‘La juventud’, Paolo Sorrentino, sienta definitivamente las bases de un estilo al que sólo se le puede hacer justicia con superlativos de los que además se alimenta. Aquí, más excelso, enorme y deliciosamente delirante

La juventud | StyleFeelFree
Set de La juventud con Michael Caine, Paul Dano y Harvey Keatel. Foto: Di Gianni Fiorito | StyleFeelFree

El cine de Paolo Sorrentino parece resultarle incómodo a ciertos espectadores. Su grandilocuencia que raya el esperpento en las caracterizaciones y su sentido de un lúdico siempre decadente y mundano en el trazo de tragicomedias humanas que rozan lo limítrofe, no acaba de ser un lugar, para algunos, agradable o inteligible donde asentarse. Como si además habitara esos mismos personajes acabados y carcomidos que retrata, Sorrentino parece tener alma de viejo, de sabelotodo y de metomentodo. En el mejor de los sentidos. De entrada choca. De salida, ha dejado todo tan conectado, que sus bajadas son subidas. El ritmo en sus películas siempre va en crescendo. Y aunque suele apostar por entradas triunfales, una vez que acaban los primeros fuegos artificiales, sus historias tienen una cadencia serena que nos conducen, a medida que avanzan, a finales magistrales. Puesto que para ese difícil momento de compendiar y resolver la trama, ya tenemos todas las piezas que componen el puzle aunque lo desconociésemos. Y entonces somos capaces de ver la obra que nos ha presentado pieza a pieza. ¿Magia? Mario Sorrentino puede ser un poco mago, pero como buen mago, su plan es preciso. Por eso, de momento, parece saberse todos los trucos para tener al espectador pillado hasta el final sin tener que recurrir a triquiñuelas de primeros auxilios. El ingenio, que tiende en ocasiones el delirio, entra dentro de este plan, que es su estilo, para hacernos guiños constantes, para hablar de todo como si tal cosa, para desdramatizar lo dramático o evidenciarlo, según el ojo que lo vea. Porque para hablar de eso que llamamos vida, y en toda su magnitud, es necesario cierto grado de desvarío, de frenesí. El mejor de los argumentos para decir y no decir y contradecir. Solo que ya se sabe, el desvarío intencional crispa demasiado a los que tienen esquemas preestablecidos para todo. Como un David Lachapelle en la fotografía de moda, Paolo Sorrentino en el cine, está reinventando el mundo razonándolo por distorsión y este punto de vista, le pese a quien le pese, está asentando las bases de una cinematografía desde la que hacer una lectura de la contemporaneidad con tino. Y La juventud  es, definitivamente, el decálogo de la estética de Sorrentino, un ejercicio de estilo que hace de esta película el mejor punto de partida para acercarse a su obra.

Hay otro elemento crucial en la cinematografía de Paolo Sorrentino, la música. La importancia que la música siempre ha tenido en su filmografía se evidencia en La juventud  siendo esta, más que esencial en la trama, la trama misma. Como también la fotografía. En un momento en que la fotografía cinematográfica está viviendo una época dorada, ya no parece tan importante la belleza fotográfica per se, algo más fácil de conseguir con los nuevos formatos, sino el dotarla de sentido en la trama, como se evidencia en este nuevo retrato del cineasta italiano que versa, a grandes rasgos, sobre las diferencias generacionales que son visibles a través de los sentimientos de pérdida o de fracaso, de anhelo, o la nostalgia presente a través de la amistad. Todo ello se manifiesta en un hotel-balneario de lujo, al pie de los Alpes, donde una serie de personajes se relacionan mientras tratan de poner en orden sus vidas. En La juventud, todo está calzado perfectamente y en este juego de estética, destaca la música, impregnándolo todo, con las interpretaciones de Mark Kozelek, Paloma Faith y una elocuente Sumi Jo que pone el broche de oro al conjunto. Con la soprano surcoreana se cierra, con brillantez sorrentina, el mejor retrato hasta la fecha de un Paolo Sorrentino de síntesis y más lujoso que nunca. Como muestra también el irresistible y acertado elenco de actores: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano y una Jane Fonda irreconocible y brutal.
 

Tráiler de La juventud | StyleFeelFree Youtube

FICHA TÉCNICA
Título original: La giovinezza (Youth / La juventud)
Dirección: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino
Fotografía: Luca Bigazzi
Música / banda sonora: David Lang
Vestuario: Carlo Poggioli
Reparto: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski,Poppy Corby-Tuech, Emilia Jones, Mark Kozelek, Rebecca Calder, Anabel Kutay,Ian Keir Attard, Roly Serrano
Fecha de estreno España: 22 de Enero de 2016
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