Regresión | Amenábar, en la zona de confort 

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Rosana G. Alonso

Alma mater de SFF. Librepensadora observando las dinámicas sociales y culturales desde una perspectiva feminista que se abre a lxs otrxs

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Alejandro Amenábar regresa al cine con ‘Regresión’, una película de suspense, el género que le catapultó

Y ahora he de reconocer que los comienzos de Amenábar en el largometraje de misterio no fueron de mi predilección. Ni Tesis  ni Abre los ojos  me resultaron dignas de los elogios que la crítica de entonces y en general la industria cinematográfica le volcó adjudicándole el pódium de oro del cine español, un pequeño genio que parecía haber encontrado en el suspense un filón. Los otros  me convenció más desde el punto de vista estético. Su dirección de arte la encontré impecable pero no acabé de encontrarle ni la lógica ni el afecto. Hasta Mar adentro  no me llegó especialmente. Después de un tirón largo sin estrenar película _ su último proyecto, Ágora, se lanzó en el 2009 _, vuelve con un filme que retoma sus inicios en el suspense pero aprovechando las nuevas congruencias que desde el Óscar, precisamente por Mar adentro, en donde cambió la fórmula habitual por el drama, le permitieron una posición más privilegiada.

El problema del éxito es que suele ir de la mano de una internacionalización sometida a un star system comprometido porque las estrellas cuajan cuando se las saca de su zona de confort y la cosa funciona. Claro que hay que arriesgarse. Y en Regresión hay fórmulas que más o menos funcionan pero no hay riesgo. Para empezar, el reparto. Ethan Hawke y Emma Watson interpretan papeles que les encajan bien, es cierto, ya hemos podido comprobar en otras películas que tanto Ethan de policía comprometido, como Emma de niña buena que esconde una oportunista de peligro, se las arreglan de maravilla. Más allá del reparto, la película, inspirada en una historia real, es correcta y entretenida. Amenábar ha aprendido a sacarle al suspense una seña de identidad que es atractiva y envolvente por lo que Regresión  mejora respecto a sus anteriores intentos pero no resulta tan estimulante como El Exorcista o La Semilla del Diablo, que según ha declarado el propio director, han sido fuente de inspiración para esta cinta. Por otra parte, el guión no decae, está bien armado, pero la historia en sí no tiene suficiente tirón porque los personajes por muy inspirados que estén en la realidad, obedecen a estereotipos cansinos que hay que superar.