Rosana G. Alonso
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La retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedica al artista uruguayo Joaquín Torres-García lo descubre como una figura central de la primera mitad del siglo XX

Joaquín Torres-García | StyleFeelFree
Lo temporal no es más que un símbolo, 1916 | © Sucesión Joaquín Torres-García, Montevideo 2015 | Foto: © Ramon Maroto | StyleFeelFree

Por primera vez accesible al público en los Estados Unidos, un inmenso fauno domina a una muchedumbre con soberana indiferencia, es el fresco Lo temporal no es más que símbolo  (1916) del artista uruguayo Joaquín Torres-García que puede verse en la exposición del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Joaquín Torres-García: The Arcadian Modern. En el contexto histórico en el que fue presentada dicha obra, para el Salón de Sant Jordi del actual Palacio de la Generalitat de Cataluña, resultó una pintura muy polémica que fue duramente criticada por los académicos e intelectuales conservadores de la época. Ahora, en Nueva York, destaca entre las 190 obras que engloban la primera retrospectiva cartografiada en los últimos 45 años que se le dedica al artista en EEUU.

Joaquín Torres-García (1874-1949), aunque nació en Montevideo (Uruguay) pasó gran parte de su vida en Cataluña de donde era originario su padre. De ahí que la exhibición comience con sus primeras obras en Barcelona donde fue un destacado autor del movimiento conocido como noucentisme catalán, término del que fue mentor su amigo y escritor Eugenio d’Ors. De este período destacan sus características representaciones de planos y figuras yuxtapuestas, las repeticiones de motivos y los planos aplastados como en Figura con paisaje de ciudad  (1917) y Composición vibracionista  (1918). De Barcelona, Torres-García se mudó con su familia a Nueva York en 1920 donde estaría un breve período en el que comenzaría su producción de Aladdin Toys  (juguetes Aladino) con los que exploró la noción de estructuras transformables. También destacan de esta etapa los collages con los que representó la urbe caótica de Nueva York. Ciudad desde la que puso rumbo por Europa hasta llegar al París de entreguerras en los veinte, dominado por las primeras vanguardias, explosivo artísticamente. Estos años practicó la abstracción y a un mismo tiempo, fue indagando en lo primitivo, produciendo sus Objets Plastiques  —pequeños ensamblajes en madera pintada— con los cuales pudo investigar la composición de formas tridimensionales. Fue precisamente en París donde Joaquín Torres-García encontró su propia voz artística. Para 1929 su característico estilo estaba totalmente definido como se puede observar a través de Fresque constructif au grand pain, Physique, Composition y Untitled composition  que se pueden ver en la muestra del MoMA. Pinturas caracterizadas por figuras esquemáticas trazadas sobre una cuadrícula densa en la que los campos geométricos están resaltados por tonalidades naturales. Un esquema en el que palabras, letras y abreviaciones están grabadas al lado de figuras reconocibles y sencillas que conforman bosquejos que ya no abandonaría y que conformarían lo que se definió como Universalismo Constructivo. Los últimos años de su vida, desde 1934, Joaquín Torres-García los pasaría en Montevideo ajenos a la Gran Depresión y el clima político europeo. Precisamente en Uruguay fundaría la Asociación de Arte Constructivo estableciendo uno de los repertorios más notables de la abstracción sintética y concreta de América Latina. En esta tesitura, sus cuadros arquitectónicos en su mayoría están reducidos a un contraste de blanco y negro. En ellos luz y sombra satisfacen la superficie mientras los elementos tubulares y la sugerencia de misteriosas profundidades crean una fuerza orgánica que se manifiesta en estructuras reticulares que aparecen dispuestas siguiendo un orden establecido. La muestra incluye varias de estas significativas obras como Composición abstracta tubular  (1937), Construcción en blanco y negro (1938) y Forma abstracta en espiral modelada en blanco y negro (1938). Finalmente, la década final de la obra de Torres-García (1939-1949) se caracterizó por un eclecticismo que se define por su revisión de los estilos característicos que abordó en su actividad creativa. De lo abstracto a lo concreto, de la figuración esquemática al Universalismo Constructivo.

En total, el repertorio de Joaquín Torres-García en el MoMA consta de casi doscientas obras que engloban pintura, escultura, pintura al fresco, dibujo y collage configurando estas una representación del arte muy valiosa de la primera mitad del siglo XX, ya que en suma, Torres García, se descubre como un artista que elude clasificación, como una figura central de la historia del modernismo en América Latina y de los intercambios culturales transatlánticos que lo han formado.
 
Joaquín Torres-García | StyleFeelFree

Energía atómica, 1946 | Colección Guillermo Caballero de Luján, Valencia. © Sucesión Joaquín Torres-García, Montevideo 2015 | Foto: Juan García Rossell | StyleFeelFree

Joaquín Torres-García | StyleFeelFree

Vista de instalación en la exposición J. Torres-García: The Arcadian Modern  | Foto: Jonathan Muzikar | StyleFeelFree

DATOS DE INTERÉS
Título: Joaquín Torres-García: The Arcadian Modern
Artista: Joaquín Torres-García
Lugar: MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York – 6º piso)
Fechas: 25 de Octubre de 2015 – 15 de Febrero de 2016
Horario: Sábado a Jueves: De 10:30 a 17:30 / Viernes: de 10:30 a 20:00
Entrada: $25 adultos; $18 personas de la tercera edad (mayores de 65 años con identificación); $14 estudiantes a tiempo completo con identificación vigente. Gratis para miembros y niños menores de 16 años de edad