Rosana G. Alonso
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François Ozon en ‘Una nueva amiga’ vuelve a hacer preguntas, siempre oportunas, en torno a las relaciones y la identidad, en la sociedad contemporánea

una nueva amiga | stylefeelfree
Imagen promocional de Una nueva amiga | StyleFeelFree

En ‘Una nueva amiga’ redescubrimos la atracción y el amor, alejado de dogmas cisgénero y transgénero

Si algo caracteriza el cine de François Ozon es su ritmo, trepidante. Un ritmo al que le gana el pulso, capaz como es de mantener en vilo al espectador hasta el final de la historia. En Una nueva amiga, si cabe, su ingenio marcado por su afán de hacer del cine puro cine que se aprecia en su gusto por los detalles que se alimentan de una fantasía consumada de estereotipos no incómodos, de recursos fetichistas que vuelven al cine más cine en el sentido clásico, se vuelve hipérbole metafórica pero, paradójicamente, también atiende a una hiperrealidad que cuestiona, que hace preguntas siempre oportunas en torno a las relaciones y la identidad en la sociedad contemporánea. En Una nueva amiga, además, lo hace mezclando géneros, recursos, participando de lo lúdico, creando atmósferas de cuento que no engañan al espectador, sino que aportan miradas lúcidas a contextos actuales.

Las historias de Ozon tienden a mantener los pies en las complejas estructuras sociales presentes, pero al mismo tiempo,  crea personajes muy cinematográficos predispuestos para seducir, para ponerlos en un pedestal desde el que observarlos con cierta distancia. Sus estrellas siempre brillan, aunque sea en las sombras. Sin embargo, esas sombras, aquí, se disipan. Una nueva amiga  es una película luminosa y optimista, independientemente de que sus personajes sigan siendo de celuloide. Imposible no pensar en Anäis Demoustier, que interpreta a Claire en la cinta, y no ver a una Audrey Hepburn moderna. Como también Marine Vacth, la protagonista de su anterior película, Joven y bonita (Jeune et jolie), tenía un matiz a lo Catherine Deneuve en Belle de jour. François Ozon se divierte componiendo personajes, escenas, paisajes. Y para ello, no teme mezclar, arriesga sin temor. Hay algo en sus realizaciones de nouvelle vague, un cine muy espontáneo que salpica de todo lo que encuentre oportuno, para hacer que los personajes se crezcan y las escenas puedan tener puntos de escape.

En Una nueva amiga  todo se materializa en dos personajes que van encontrándose a sí mismos en la relación que intercambian. Ambos en pos de una misma identidad femenina. Claire (Anaïs Demoutier) redescubriéndose como mujer. David (Romain Duris) despertando su identidad, también femenina, en la encarnación de Virginia, cuando se trasviste. Si a esto añadimos que el enfoque es heterosexual, la historia se convierte en indispensable para generar debates necesarios sobre los roles, la sexualidad, la identidad, la comprensión, el respeto y el amor. Enternecedora desde todos los puntos de vista, aunque la identidad esté marcada por estereotipos. Estereotipos tan cinematográficos, tan visualmente estilizados y fantasiosos, que la idea de rechazarlos se anula.
 

FICHA TÉCNICA
Título original: Une nouvelle amie (Una nueva amiga)
Dirección: François Ozon
Guión: François Ozon
Reparto: Romain Duris, Anaïs Demoustier, Raphaël Personnaz, Isild Le Besco, Aurore Clément, Jean-Claude Bolle-Reddat, Bruno Pérard, Claudine Chatel, Anita Gillier, Alex Fondja, Zita Hanrot, Pierre Fabiani
Fecha de estreno España: 15 de Mayo de 2015
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