Rosana G. Alonso
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La película ‘Pasolini’, de Abel Ferrara, no deja de ser una tentativa bastante afortunada, pero insuficiente, para explicar el pensamiento del cineasta de ‘Accattone’

Pasolini | Ferrara | stylefeelfree
Fotograma de Pasolini | StyleFeelFree

Cuando supe del proyecto de Abel Ferrara sobre Pier Paolo Pasolini (1922-1975, Italia) interpretado, como no podía ser de otra forma, por uno de los más fieles compañeros de aventuras de Ferrara, Willen Dafoe, me entusiasmé enseguida. No podía imaginar otro cineasta capaz de lidiar con una figura tan llena de oscuros y tan fascinante como Pasolini. Ni podía imaginar otro actor que resultara más verídico para el papel que Dafoe. No sospechaba entonces sobre qué giraría tan épica andanza. De Pasolini apenas si sabía nada de su vida salvo los interrogantes que siempre le acompañaron y que hicieron que su lenguaje —cinematográfico y literario— siga, todavía actualmente, estando en la cúspide de los discursos indispensables para cuestionarnos la existencia a través de un lirismo inconfundible que ha dado sentido a esa filosofía suya.

Esos interrogantes calaron sobre manera en la obra del italiano y lo acompañaron incluso hasta la muerte. Tal vez porque alguien tan polémico sólo podía morir rodeado de polémica para seguir generando debate después de una vida consagrada a remover conciencias. Abel Ferrara, consciente de todo esto y después de dejar claro en Welcome to New York  que los personajes turbios sin son reales o inspirados en la realidad, son un aliciente que le motiva a aclarar episodios poco explicados, ha indagado en la vida y obra de Pasolini no para crear más dudas sino para intentar aportar un poco de luz. Y eso se aprecia en cómo afronta su muerte y cómo elige precisamente este último día de su vida, para centrar el argumento. También en sus obsesiones sexuales personificadas en sus tendencias homosexuales, otro de los aspectos que despeja en una escena muy ilustrativa, por si alguien lo dudaba.

Al margen de ciertos asuntos que Abel Ferrara dilucida con la precisión necesaria, la película no deja de ser una tentativa, bastante afortunada pero insuficiente, de explicar el pensamiento de Pasolini como librepensador consciente de la necesidad de provocar, para posicionarse artísticamente desde una base política. Y teniendo en cuenta que la  diferencia entre ficción y no-ficción la media sólo la percepción, Ferrara ha recurrido precisamente a una simbiosis de las dos, para dejar constancia de una forma de hacer de la que únicamente nos muestra pinceladas ya que, para ahondar más, hubiese sido necesario clarificar muchos aspectos tanto de su vida  personal, como de sus teorías críticas, más que en una película de ficción, en un  documental. Y Pasolini, la película, es una interpretación que trata de aclarar las últimas horas del artista visionario,  al tiempo que persevera en lo revolucionario de su ideología a modo de apuntes que ceden a una sensación un tanto sórdida, fría. Aunque hay algunas escenas brillantes como la que critica el conservadurismo de las relaciones burguesas, al principio de la cinta.  De todas formas para profundizar está la obra de Pier Paolo Pasolini, imprescindible y eficaz no para conocerle tanto desde fuera, pero sí desde dentro, que es lo que realmente importa.
 

Tráiler de Pasolini de Abel Ferrara | StyleFeelFree Youtube

FICHA TÉCNICA
Título original: Pasolini
Dirección: Abel Ferrara
Guión: Abel Ferrara
Reparto: Willem Dafoe, Ninetto Davoli, Riccardo Scamarcio, Valerio Mastandrea, Adriana Asti, Maria de Medeiros
Fecha de estreno España: 19 de Marzo de 2015
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