Rosana G. Alonso
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El cineasta Ferdinando Vicentini está atravesando ciertas dificultades para presentar su último proyecto, el documental ‘Un minuto de silencio’, que habla de la actualidad más reciente en Bolivia

Ferdinando Vicentini Orgnani | stylefeelfree
Retrato de © Ferdinando Vicentini Orgnani | StyleFeelFree

Ferdinando Vicentini Orgnani (23 Septiembre de 1963, Milán) acaba de presentar en Barcelona el documental Un minuto de silencio después de que se cancelase su presentación en Madrid, en Casa de América, con un halo teñido de cierto oscurantismo. La película que habla de la actualidad política reciente en Bolivia, desde los años noventa hasta la actualidad, está suscitando cierta polémica, aunque no deja de ser un buen ejercicio periodístico que da voz a todas las partes implicadas. Con él hemos estado en Madrid donde presentó el documental a los medios y hemos tenido la oportunidad de acercarnos a un hombre que lejos de la figura de cineasta, se mostró muy accesible y amable. A raíz de este encuentro, surgió esta entrevista en la que como no podía ser de otra forma, la política y sus entramados, sobre los que gira su último documental, son el tema central de la conversación, pero también sus proyectos actuales entre los que se encuentra un documental sobre el poeta estadounidense Laurence Ferlinghetti, perteneciente a la generación Beat.

¿Cómo surge la idea de realizar el documental Un minuto de silencio? ¿Tenías ya la síntesis de los temas que tratarías y el enfoque que les darías o esperabas ver qué te encontrarías?

Ferdinando Vicentini: Ha sido un work in progress. Durante seis años de rodajes ha habido muchos cambios de perspectiva, en parte, por causa de las transformaciones históricas que pasaban delante de mis ojos.

¿Evolucionó tu concepción de la situación de Bolivia mientras realizabas el documental?

Ferdinando Vicentini: Sí, mucho, ha sido una transformación progresiva porque trabajando y viajando por todo el país, hablando con las personas de distintas partes políticas, mi visión se hacía cada vez más clara.

A pesar de que el enfoque es periodístico con contrastación de la información, supongo que las voces críticas podrían ver una denuncia abierta al gobierno de Evo Morales y por el contrario ver el filme más permisivo con la política de Lozada ¿Partías de una convicción política de denuncia al actual régimen boliviano?
 

«Los abusos de poder, de distinta índole, llegan a todas partes»

Ferdinando Vicentini: Empecé este documental con una visión que hoy puedo considerar un poco ideológica, pero durante el camino me he dado cuenta que la realidad era mucho más compleja de lo que parecía, que “los buenos al final no eran tan buenos y lo malos non eran tan malos”. Si hay algo de universal en esta película es que cuenta como los abusos de poder, de distinta índole, llegan a todas partes.

¿Fue difícil entrevistar a todas las personalidades que se muestran en el documental? ¿Cómo reaccionaron ante la petición? ¿Te pusieron condiciones?

Ferdinando Vicentini: En general ha habido bastante disponibilidad por parte de todos. Me han dado cinco veces disponibilidad para entrevistar al Presidente Evo. Una vez, incluso en Roma, cuando fue a visitar al Papa Ratzinger, pero las cinco veces al final se cancelaron. No fue fácil convencer a Sánchez de Lozada en su exilio en los Estados Unidos, pero una vez que aceptó, fue disponible y sin condiciones.

En el documental aparece considerable material de archivo, ¿cómo accediste a él?

Ferdinando Vicentini: En los primeros años de rodaje hubo muchas dificultades para encontrarlo porque la gente tenía miedo, después encontré a dos periodistas independientes que me ayudaron a conseguirlo, sin ellos hubiera sido imposible.

¿Pensabas que iba a ser tan complicado presentar la película en España? ¿Te esperabas lo sucedido en Casa de América? ¿Qué explicaciones recibiste?

Ferdinando Vicentini: Casa América había asegurado su independencia y había querido visionar la película antes da programarla, después me dieron la fecha del 25 de noviembre de 2014. Ni siquiera una semana antes de la proyección, me llamaron diciendo que la cancelaban porque la Embajada Boliviana no quería que esta película se presentara en Madrid. Obviamente la versión oficial ha sido otra (siempre muy absurda). La explicación fue que querían cambiar de fecha para que pudiera estar presente un representante de la Embajada, pero nunca había nadie disponible.

¿Cómo ha sido la distribución en otros países? ¿Ha tenido distribución en Bolivia?¿Has encontrado trabas en otras ciudades además de Madrid?

Ferdinando Vicentini: Ha tenido su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Sao Paulo, en Brasil, en octubre del 2013. En marzo del 2014 ha sido programada en Bolivia en las mayores ciudades: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, esto gracias al trabajo de Carlos Valverde, periodista independiente, que ha participado también como testimonio en el documental. Muchas veces en Italia, en Brasil y también en Barcelona (el viernes 27 febrero) la película ha sido causa de violentas discusiones entre los bolivianos presentes en la proyección.

¿Eres escéptico políticamente o tienes convicciones políticas?

«En este momento de mi vida no tengo ninguna pasión política»

Ferdinando Vicentini: En mi trabajo, muchas veces he tratado temas políticos y también he pagado las consecuencias. En este momento de mi vida no tengo ninguna pasión política y desgraciadamente, estoy muy decepcionado, en particular, por lo que ha pasado y está pasando en Italia. El Estado está adoptando justamente el papel de enemigo y no el de un padre severo, que es el papel que tendría que representar en una sociedad civil. La corrupción ha llegado al punto de no regreso. Solamente podemos continuar haciendo lo que sabemos hacer, sabiendo que enfrentarse al poder raramente llega a buenos resultados y muchas veces, lleva al aislamiento. Por otra parte, con mi trabajo quiero tener abiertas y visibles las contradicciones.

¿Ha cambiado tu concepción de la democracia tras finalizar el documental? ¿Cómo percibes el panorama actual político en Bolivia?

«Las dictaduras modernas han entendido que la máscara de la democracia es la mejor fórmula para mantenerse en el poder»

Ferdinando Vicentini: No ha cambiado mi concepción de la democracia, es una idea abstracta que busca las mejores aplicaciones posibles. Bolivia ha perdido la gran oportunidad histórica de ver realizada una democracia popular justo al final de un proceso de inclusión social que ha sido capaz de crear un gran entusiasmo en la población. Las dictaduras modernas han entendido que la máscara de la democracia es la mejor fórmula para mantenerse en el poder.

Y en términos generales, ¿Consideras que la política mundial ha cambiado las reglas del juego en los últimos años?

Ferdinando Vicentini: No me considero un experto en política, solamente un cineasta que analiza la política siguiendo una lógica. Es obvio que el progreso de la tecnología, la velocidad de la información y el poder absoluto de los lobby económicos-bancarios hacen que ellos dirijan el juego haciendo creer a los demás que están participando del juego. Todo esto, con la ilusión del voto, que es importante, pero no es suficiente para contrastar el verdadero poder.

Al final del documental se habla de la utilización del cliché, de las generalizaciones que se propagan como forma de propaganda política ¿Con la era digital crees que el cliché es más peligroso teniendo en cuenta lo fácil que resulta que circule?

«Ahora el problema podría ser el exceso de información»

Ferdinando Vicentini: En cada época el poder supo inventar las estrategias más eficaces para crear e imponer sus visiones. Hace algún tiempo el problema era la falta de información, ahora el problema podría ser el exceso de información. Es cierto que estas dinámicas nunca vienen solas. De lo que se trata es de ocultar a la gente, al máximo, la comprensión de las cosas.

A caballo entre los documentales y los largometrajes (de ficción y basados en hechos reales como en Ilaria Alpi – el más cruel de los días)? ¿Con qué te sientes más cómodo?

Ferdinando Vicentini: Son situaciones muy diferentes. Un largometraje de ficción es una máquina complicada donde la colaboración de todo el equipo es muy importante. Un documental usualmente es una experiencia más íntima con mucha más libertad de acción y posibilidad de cambiar la dirección y el programa. Me divierte mucho más hacer un documental, lo único que falta es la tensión que sólo se encuentra en un set cinematográfico.

¿Hay algún proyecto futuro o en el que estés trabajando del que puedas avanzarnos algo?

Ferdinando Vicentini: Desde el 2006 hasta el 2012, paralelamente a otros proyectos, he rodado un documental sobre el gran poeta americano Laurence Ferlinghetti, editor de la Beat Generation (Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Gregory Corso y otros). Tengo más de 50 horas de rodaje en su barrio, en San Francisco y también en Roma, donde el 17 mayo de 2008 rodé su última lectura en público. Hasta ahora no he tenido tiempo para completarlo pero espero lograr terminarlo para final de 2015. Ya tengo el titulo: Poets don’t pay.

Para la ficción tengo un nuevo proyecto en el que estoy todavía escribiendo el guión junto al escritor italiano Marcello Fois. Es la historia de un famoso psiquiatra que acude invitado a Brasil a un ciclo de conferencias y descubre que le quedan pocos meses de vida.